JARDIN BOTANICO MEDELLIN

La historia del Jardín Botánico de Medellín comenzó hace más de un siglo, a finales del s. XIX, cuando los terrenos que hoy ocupamos empezaron a tener vocación recreativa, en lo que entonces era conocido como la casa de baños El Edén. La finca era propiedad de don Víctor Arango y luego, de las hermanas Emilia y Mercedes Arango P., solteras, mayores de edad y vecinas de este distrito, como está consignado en una escritura pública.

La finca era alquilada a familias de una ciudad que entonces tenía 40.000 habitantes. Era una especie de estadero, parecido a los de hoy, reconocido como centro de esparcimiento, a donde llegaban las familias a pasar el rato en los baños, mientras disfrutaban de la gastronomía popular. Un documento de la biblioteca del actual Jardín Botánico cuenta que iban los señores de la Villa en coche o a caballo por el camellón de Bolívar o por la carretera del norte, a tomarse sus copetines con mujeres hermosas y generosas, conversar, hacer negocios y concertar alianzas matrimoniales.

Otros textos compilados por Carlos Mejía Gutiérrez, miembro de la Academia Antioqueña de Historia, describen así la vida social alrededor del baño: de aguas puras y abundantes brotadas en las cercanas colinas de Campo Valdés, disponía la casa de baños El Edén, situada donde hoy queda el Bosque de la Independencia y de propiedad entonces de don Víctor Arango, administrada por otros como José María Arango, quien fabricó allí sin éxito las primeras bebidas gaseosas que antecedieron en las postrimerías del siglo pasado (XIX) a las de Posada Tobón.

El Edén comenzó a decaer cuando se prolongó la ruta del tranvía hasta Bermejal, donde se crearon establecimientos que llamaron más la atención de los anteriores clientes de la casa de baños. Para entonces, ya se empezaba a gestar una nueva etapa en la historia de este terreno.